Se derrite tu rostro como un helado al sol.
Tus manos son garras ¡cuidado que arañan!
Eres una medusa contemporánea
con ojos tornasol y boca cuadrada.
No te permito pasar, no;
aquí es la belleza la reina verdadera.
¿Quién querría a una bestia tan fea?
Sin forma, grisácea, excéntrica.
Puedes irte muy lejos, lejos, lejos
y buscar un lugar que te acepte.
Tienes virtudes, pero estás defectuosa
con tus ojos, tu nariz y tu boca
y tu voz poco armoniosa.
Dile adiós a tus padres,
dile adiós a tu casa, a tu hogar.
Ya no eres bienvenida.
Adiós, chao, au revoir.