El cansancio del alma es el peor de los cansancios. No se cura ni con ocio ilimitado ni con diez horas de siesta. Nadie parece entender bien en qué consiste, sólo que es un tipo de sentimiento muy desagradable y difícil de ignorar, como cuando de pronto un recuerdo embarazoso aparece y el cuerpo se estremece de vergüenza.
Pues bien, el cansancio del alma combina sensaciones de angustia, nostalgia, estrés, resignación, frustración, ansiedad y en algunas ocasiones, enojo. Hasta ahora, ningún ser humano es capaz de manejar las emociones: es por eso que un alma cansada es incurable.
¿O sí? Quizás. No en esta sociedad. No en este sistema, que no descansa ni da tregua.