Estoy descompuesta en mil pedazos. Ya no siento los pies, ya no siento las manos. Mi estómago se llena de piedras, que al caer forman una red que oprime mis órganos. Encuentro dificultad para respirar. Los músculos están tensos. No veo con claridad.
Ante los pedidos de auxilio, sólo obtengo ecos o más reproches. De cómo deberían ser las cosas. De cómo debería hacerme cargo de esas cosas. Y la red se ciñe más fuerte, y los músculos son rocas, y quedo ciega. Es tal la sensación de vacío que ya no sé qué es real.
No quiero vivir ni quiero morir. Simplemente no me importa, que es peor. Estoy asustada. Estoy nerviosa. Estoy angustiada. No puedo evitarlo. Y estoy sola.